El papa Francisco falleció este lunes a los 88 años, como consecuencia de un colapso cardiovascular y un derrame cerebral.

Su papado estuvo marcado por su intención de reformar la Iglesia desde adentro, lo que lo llevó a enfrentarse con los sectores más conservadores de la Iglesia, con los que mantuvo una tensa relación.

En ese marco, Francisco avanzó en cambios gubernamentales del Vaticano, para darles más espacio a las mujeres y a los laicos, así como también para prevenir que se repitan situaciones escandalosas como abusos sexuales a menores o manejos espurios de dinero.






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