El Ministerio de Defensa de Rusia confirmó el primer ataque de Ucrania con misiles balísticos ATACMS, suministrados por Estados Unidos, contra territorio ruso. El ataque ocurrió en la madrugada del domingo en la región de Bryansk, a las 03:25 hora local, y apuntó a una instalación militar.
Según la información proporcionada por el Kremlin, las fuerzas de defensa aérea rusas interceptaron cinco de los seis misiles lanzados. El sexto fue alcanzado y dañado, pero sus fragmentos impactaron en el objetivo, causando un incendio que fue controlado rápidamente. No se reportaron víctimas ni daños significativos en la infraestructura.
El uso de los misiles ATACMS marca un punto de inflexión en el conflicto, ya que representa la utilización de armamento de largo alcance por parte de Ucrania para atacar objetivos dentro de Rusia. La confirmación llega tras el reciente anuncio de Estados Unidos de permitir el empleo de este tipo de misiles tácticos por las fuerzas ucranianas.

Tensiones en escalada
El ataque coincide con el día 1.000 de la invasión rusa a Ucrania y se produce en un contexto de crecientes tensiones entre Moscú y Washington. El Kremlin calificó la decisión de Estados Unidos como «imprudente» y advirtió que habrá una respuesta.
Además, el presidente ruso, Vladimir Putin, promulgó un decreto que actualiza la doctrina nuclear del país. Según este documento, Rusia podrá utilizar armas nucleares contra un Estado no nuclear si este cuenta con el apoyo de potencias nucleares. También amplía la definición de agresión contra Rusia para incluir ataques de coaliciones militares como la OTAN.
Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, aseguró que estas modificaciones alinean los principios de defensa rusa con la “realidad actual” y reiteró que las armas nucleares se consideran un último recurso.

Advertencia a Occidente
La actualización de la doctrina nuclear, considerada por analistas como un mensaje directo a Estados Unidos y la OTAN, subraya el riesgo de una escalada en el conflicto si las potencias occidentales intensifican su apoyo militar a Ucrania.
Mientras tanto, el ataque en Bryansk y el uso de misiles ATACMS resaltan la capacidad de Ucrania para golpear objetivos estratégicos más allá de sus fronteras, añadiendo una nueva dimensión a un conflicto que se torna cada vez más impredecible.





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