La ausencia de Kylian Mbappé en la lista de convocados de la selección francesa para los partidos de la Liga de Naciones contra Israel e Italia ha generado controversia. Didier Deschamps, entrenador de «Les Bleus», tomó la decisión de excluir al delantero del Real Madrid, a pesar de que no enfrenta problemas físicos, como sí ocurrió en la convocatoria de octubre. En conferencia de prensa, Deschamps expresó: “Es mejor así”, y defendió su decisión como parte de su responsabilidad.
El distanciamiento entre Deschamps y Mbappé parece acrecentarse. El seleccionador francés evitó dar detalles sobre sus conversaciones con el delantero, aunque reconoció que no siempre están de acuerdo. A este contexto se suman las críticas internas, como las que lanzó el arquero Mike Maignan, quien, según medios franceses, se mostró molesto por la actitud de algunos compañeros, incluyendo el propio Mbappé, durante el debut en la Liga de Naciones frente a Italia.

La situación del capitán de la selección se ha vuelto compleja. En septiembre, fue relegado al banco de suplentes en el partido ante Bélgica, un hecho inusual para una estrella de su calibre. Aunque Deschamps mostró su apoyo públicamente, asegurando que Mbappé «volverá a marcar goles», los silbidos del público en el estadio Groupama de Lyon pusieron de relieve el malestar de los aficionados.
Mbappé también ha estado bajo escrutinio mediático por su implicación en un supuesto “mundo secreto de fiestas VIP” en Suecia, donde se lo vincula a un incidente de abuso sexual, según investigaciones locales. Su compañero de selección, Ibrahima Konaté, defendió al delantero públicamente, calificando de “bizarros” los abucheos y señalando que la presión constante sobre Mbappé es difícil de manejar.

En este contexto de tensión y polémicas, el futuro de Mbappé en la selección francesa parece incierto, mientras Deschamps mantiene su postura firme sobre la capitanía del delantero.





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