El Gobierno confirmó la destitución de Diana Mondino como ministra de Relaciones Exteriores luego de que la ex canciller votara a favor de Cuba en la Asamblea General de la ONU. La postura de Mondino, apoyando el levantamiento del embargo estadounidense contra el régimen de Miguel Díaz-Canel, se contrapuso a la línea oficial de la administración de Javier Milei, que respalda firmemente a Estados Unidos e Israel, los únicos países que se opusieron a la resolución.

En conferencia de prensa, Manuel Adorni, vocero presidencial, explicó que la decisión fue tomada directamente por Milei, remarcando que el Gobierno no tolera posiciones que contradigan la agenda presidencial. «La posición del Presidente es clara. Si no se hace lo que dice, todos estamos invitados a retirarnos del gobierno y seguir nuestro camino por fuera de la agenda del Presidente», expresó Adorni.

A raíz de este cambio, la Cancillería quedará a cargo de Gerardo Werthein, embajador en Estados Unidos. Werthein será el responsable de conducir una auditoría interna destinada a revisar el personal de carrera en el Ministerio de Relaciones Exteriores, con el fin de identificar a quienes puedan estar alineados con agendas opuestas a las de la administración actual. «El Poder Ejecutivo iniciará una auditoría del personal de Cancillería para identificar impulsores de agendas enemigas de la libertad», detalló el comunicado oficial.

Este incidente es el último en una serie de tensiones internas que enfrentó Mondino en el ejercicio de su cargo. Durante su gestión, Mondino perdió el apoyo de dos figuras claves de la diplomacia argentina: el ex vicecanciller Leopoldo Sahores y el embajador en la ONU, Ricardo Lagorio, ambos de extensa trayectoria y que renunciaron en medio de roces con la cúpula libertaria. La diplomática también fue señalada por utilizar el término «Falklands» en un comunicado sobre las Malvinas, lo que generó controversia en el ámbito gubernamental.

En otro episodio reciente, Mondino suscitó confusión tras manifestar en Nueva Delhi que el gobierno podría considerar ingresar a los BRICS si el bloque desarrollaba un sistema financiero propio. Horas después, la funcionaria rectificó su declaración en redes sociales, reafirmando que Argentina no tiene intención de unirse al grupo y ratificando la postura de mantener relaciones bilaterales fuertes con cada uno de los países que lo integran.

Con la salida de Mondino, el gobierno de Milei consolida su posición en política exterior, priorizando su alineamiento con Estados Unidos e Israel, en contraste con el voto de la Asamblea General.