El régimen de Irán advirtió que tomará represalias tras la muerte del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, y un comandante de la Guardia Revolucionaria iraní en un bombardeo israelí en Beirut. Abbas Araghchi, ministro de Asuntos Exteriores de Irán, aseguró que «no tendrán paz» y que «todas las posibilidades están abiertas» en el conflicto con Israel, sugiriendo una posible escalada.
Araghchi acusó a Estados Unidos de colaborar en el ataque que terminó con la vida de Nasrallah y señaló que la «sangre de los mártires» fortalecerá la resistencia de Hezbollah. El ministro persa también afirmó que las acciones de Israel acelerarán su declive en la región. «La entidad sionista jamás tendrá paz», subrayó.

Por su parte, la Guardia Revolucionaria confirmó la muerte de su comandante Abbas Nilfroushan en el ataque israelí. Nilfroushan fue descrito como un veterano de la defensa iraní y un asesor clave en las operaciones en Líbano. Las autoridades iraníes condenaron enérgicamente los ataques y prometieron venganza por lo que calificaron de «crimen sionista».
Araghchi hizo un llamado a la ONU, solicitando al secretario general António Guterres que actúe en defensa de los derechos de la región y denuncie los «crímenes sionistas», a la vez que culpó a Estados Unidos de bloquear iniciativas para resolver el conflicto.
Con la muerte de Nasrallah y el comandante iraní, la tensión en la región ha aumentado considerablemente, mientras Irán promete continuar su apoyo a Hezbollah y al pueblo palestino.





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