El Gobierno anunció hoy la eliminación de la obligatoriedad de la Licencia Nacional de Transporte Interjurisdiccional (LINTI), una medida impulsada por el Ministerio de Desregulación y la Secretaría de Transporte, que apunta a reducir la burocracia en el sector de transporte de cargas. La LINTI, popularmente conocida como “registro Moyano”, incluía revisiones de salud e idoneidad que debían realizarse en clínicas asociadas al sindicato de camioneros.

La decisión fue bien recibida por algunos sectores, como la industria automotriz, que destacó que la medida simplifica los trámites para transportistas y aumenta las ventas de utilitarios y pick-ups. En particular, aquellos pequeños transportistas que utilizaban vehículos para su trabajo, como contratistas y autónomos, ya no estarán obligados a realizar el trámite.

Sin embargo, la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) criticó duramente la decisión. Según Roberto Rivero, director ejecutivo de Fadeeac, la eliminación de la LINTI comprometerá la seguridad vial, al permitir que choferes sin la capacitación necesaria conduzcan camiones sin las revisiones de salud e idoneidad que exige la licencia. Fadeeac también advirtió sobre la pérdida de ingresos asociados a los exámenes que la federación realizaba.

Además de eliminar el LINTI, el Gobierno simplificó el proceso de inscripción al Registro Único del Transporte Automotor (RUTA), que ahora será electrónico y gratuito. También se elevó el umbral de capacidad de carga de 700 a 3500 kilos para que sea obligatorio inscribirse en el registro, lo que eximirá a una gran cantidad de pequeños transportistas.

La medida marca un nuevo paso en la política del gobierno para desregular y simplificar procesos en diversos sectores.