En una operación sin precedentes, Estados Unidos incautó el avión oficial del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, mientras estaba estacionado en la República Dominicana. La medida, que se enmarca en las sanciones que el gobierno estadounidense ha impuesto sobre el régimen chavista, fue llevada a cabo el lunes pasado, según informó en exclusiva la cadena CNN.

El avión, un Dassault Falcon 900 valorado en 13 millones de dólares, fue trasladado a Florida por las autoridades estadounidenses. Un funcionario involucrado en la operación declaró que este decomiso envía «un mensaje claro de que nadie está por encima de la ley», refiriéndose a la importancia simbólica del avión, el equivalente venezolano al Air Force One.

La operación fue realizada por varias agencias federales estadounidenses, que trabajaron en colaboración con las autoridades de la República Dominicana, las cuales notificaron a Venezuela sobre la incautación. Desde la reelección fraudulenta de Maduro en julio, Venezuela había suspendido los vuelos comerciales hacia y desde la República Dominicana, lo que no impidió que se presentara esta oportunidad para confiscar la aeronave.

El decomiso del avión es parte de una serie de acciones que Estados Unidos ha tomado contra el régimen de Maduro en los últimos años, incluyendo la incautación de vehículos de lujo y otros activos vinculados a la corrupción en Venezuela. Sin embargo, esta es la primera vez que se confisca un bien de tanta relevancia y simbolismo.

La aeronave será examinada y podría ser decomisada formalmente en Estados Unidos, aunque el gobierno venezolano aún tiene la oportunidad de solicitar su devolución y presentar pruebas a su favor. Esta medida se suma a las acusaciones de narcotráfico y corrupción que pesan sobre Maduro, así como a la oferta de una recompensa de 15 millones de dólares por información que conduzca a su detención.