En un ataque sin precedentes, Ucrania lanzó 11 drones sobre Moscú, en lo que se considera la mayor ofensiva con aviones no tripulados contra la capital rusa desde el comienzo del conflicto en 2022. Según el Ministerio de Defensa de Rusia, todos los drones fueron derribados sin que se registraran daños materiales o víctimas. El alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, confirmó que no hubo afectaciones y que los aeropuertos de la ciudad sufrieron restricciones temporales.

Este ataque ocurre en un contexto de intensificación de las hostilidades en la región rusa de Kursk, donde las fuerzas ucranianas han avanzado en una ofensiva transfronteriza, logrando el control de más de 80 asentamientos. Las autoridades rusas reportaron la destrucción de 45 drones ucranianos y cuatro misiles en las últimas 24 horas, principalmente en Kursk y otras zonas fronterizas.

El conflicto ha escalado en las últimas semanas, con Ucrania atacando repetidamente instalaciones estratégicas en Rusia, incluyendo depósitos de petróleo y gas. A principios de agosto, drones ucranianos provocaron un gran incendio en un depósito de petróleo en la región rusa de Rostov.

Por su parte, Rusia no ha cesado sus ataques sobre territorio ucraniano. Durante la noche del martes y la madrugada del miércoles, se detectaron 72 objetivos aéreos sobre Ucrania, de los cuales 50 drones y un misil fueron derribados por las defensas ucranianas. Kiev fue uno de los principales objetivos, con informes de daños a viviendas y cortes en el suministro eléctrico.

El conflicto continúa escalando con ataques y contraataques en ambos frentes, mientras las tensiones siguen aumentando y la situación humanitaria se deteriora en las zonas afectadas.