A partir de septiembre, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y la provincia de Buenos Aires deberán asumir el costo total de los subsidios a las líneas de colectivo que operan exclusivamente en sus jurisdicciones. Esta decisión, anunciada por el gobierno de Javier Milei, podría tener un fuerte impacto en el bolsillo de los usuarios, especialmente en aquellos que utilizan el beneficio de la Red SUBE.

En CABA, un total de 31 líneas de colectivo dejarán de recibir subsidios nacionales. Estas incluyen las líneas 4, 6, 7, 12, 23, 25, 26, 34, 39, 42, 44, 47, 50, 61, 62, 64, 65, 68, 76, 84, 90, 99, 102, 106, 107, 108, 109, 115, 118, 132, y 151. La administración porteña deberá decidir si continuará financiando las tarifas congeladas y los descuentos para los viajes combinados en la Red SUBE.

En Buenos Aires, la situación afecta a 377 líneas numeradas del 200 en adelante, que ya son financiadas en su totalidad por la provincia. Sin embargo, la eliminación del subsidio nacional podría repercutir en el costo del boleto integrado, afectando directamente a los usuarios.

El ajuste se produce en un contexto en el que el precio del boleto de colectivo en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) ha aumentado un 600% desde la asunción de Milei, superando ampliamente la inflación y el aumento de los ingresos. Además, está pendiente una actualización del 32,5% basada en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC.

Por su parte, las líneas de jurisdicción nacional que operan en el AMBA y en el interior del país seguirán recibiendo subvenciones. Además, el Gobierno Nacional mantendrá el subsidio a la Tarifa Social, que beneficia a 5,3 millones de pasajeros con un descuento del 55% en el boleto en 60 localidades del país donde funciona el sistema SUBE.