Una trágica noticia sacudió el Mar Argentino esta mañana cuando se informó el hundimiento del pesquero ilegal Argos Georgia, que navegaba a unos 370 kilómetros al este de las Islas Malvinas. Según los primeros reportes, tres de los 27 tripulantes perdieron la vida en el incidente. La embarcación, con bandera de la isla de Santa Elena, se dedicaba a la pesca de merluza negra y sufrió la rotura de su casco el lunes por la tarde.
El Argos Georgia, de 54 metros de eslora y 13 de manga, transportaba una tripulación diversa compuesta por 10 españoles, 8 rusos, 2 uruguayos, 2 peruanos y 5 indonesios. Los tripulantes se vieron obligados a abandonar el barco y subirse a balsas salvavidas después de que las inundaciones se tornaran incontrolables, según un comunicado del gobierno de las Islas Malvinas.
Las operaciones de rescate han enfrentado serias dificultades debido a las adversas condiciones climáticas, con fuertes vientos y olas de entre 6 y 8 metros. A pesar de estos desafíos, un avión A-400M ‘Atlas’ de la base militar británica y varios barcos, incluyendo el buque patrulla FPV Lilibet y dos barcos pesqueros, participaron en la búsqueda y rescate de los sobrevivientes.

El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, ha mantenido contacto permanente con los consulados en Buenos Aires y Londres para seguir de cerca la operación de salvamento. La zona de búsqueda, según la Organización Marítima Internacional (OMI), está bajo responsabilidad argentina, aunque son las fuerzas británicas quienes están llevando a cabo las tareas de rescate.
La situación se complica aún más por la controversia sobre la pesca en la región. El Reino Unido emite anualmente licencias y cupos de pesca, lo que Argentina ha denunciado repetidamente como actividades ilegales ante organismos internacionales.
El pesquero Argos Georgia, construido en 2018, pertenece a la armadora británico-noruega Argos Froyanes, con más de 30 años de experiencia en el sector pesquero. La tragedia pone de manifiesto los riesgos de la pesca ilegal y las tensiones políticas en una región disputada.
Las operaciones de búsqueda continúan, con la esperanza de encontrar más sobrevivientes a pesar de las difíciles condiciones en el Atlántico Sur.





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