En busca de seguridad energética, Estonia, Letonia y Lituania han decidido desconectarse de la red eléctrica controlada por Rusia. La invasión a Ucrania ha acelerado este proyecto de sincronización con el sistema continental europeo, inicialmente planeado para 2025.
El martes, los operadores de las redes eléctricas de los tres países notificaron oficialmente a Rusia y Bielorrusia su decisión de abandonar el acuerdo BRELL de 2001, que los mantenía conectados a un sistema de transmisión eléctrica controlado por Moscú. El acuerdo finalizará el 7 de febrero de 2025 y los sistemas bálticos se desconectarán de la red rusa y bielorrusa al día siguiente.
Actualmente, Estonia, Letonia y Lituania ya no compran electricidad a Rusia, pero siguen conectadas a una red cuya frecuencia está controlada por Moscú. La desconexión y el desmantelamiento de las últimas conexiones físicas con las redes rusa y bielorrusa, según Rokas Masiulis, director general de Litgrid, representa un «ambicioso proyecto de independencia energética».

La transición a la red de energía continental europea permitirá un control independiente, estable y fiable de la frecuencia de las redes eléctricas de los países bálticos, aumentando así la seguridad energética de la región. Esta sincronización se coordina con la Comisión Europea y se acordó originalmente para finales de 2025, pero la guerra en Ucrania impulsó a los países bálticos a adelantar el proyecto.
La fecha de febrero de 2025 para la transición fue un compromiso entre Lituania, que quería una salida energética inmediata debido a la falta de fiabilidad de Moscú, y Estonia, que temía apagones si la transición se producía demasiado rápido.
Las tres antiguas repúblicas soviéticas, ahora miembros de la UE y la OTAN, han sido fervientes defensores de Ucrania, condenando los ataques rusos y proporcionando significativa ayuda militar a Kiev. A principios de julio, los líderes del Báltico condenaron enérgicamente el ataque con misiles rusos a un hospital infantil en Kiev, destacando la necesidad de apoyar a Ucrania y responsabilizar a los criminales de guerra rusos.
La primera ministra estonia, Kaja Kallas, el presidente lituano, Gitanas Nauseda, y el presidente letón, Edgars Rinkēvičs, expresaron su firme condena a través de redes sociales, subrayando la importancia de aumentar el apoyo a Ucrania y de que Rusia entienda que su futuro en la Alianza Atlántica es irreversible.






Deja un comentario