Rusia lanzó el lunes una serie de ataques con misiles en varias ciudades de Ucrania, causando 31 muertos y graves daños en un hospital infantil de Kiev. El ataque, considerado un despiadado asalto contra civiles, ha sido condenado internacionalmente.

Voluntarios, médicos y socorristas trabajaban entre los escombros del hospital pediátrico Okhmatdyt en busca de sobrevivientes. Periodistas de la AFP presenciaron el caótico rescate mientras las sirenas de alerta aérea sonaban y nuevas explosiones sacudían el área, dejando cuatro muertos adicionales en un hospital de maternidad en otro distrito de Kiev.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, informó desde Polonia que las fuerzas rusas dispararon más de 40 misiles contra al menos cinco grandes centros civiles, incluyendo la capital. Zelensky, quien se encontraba en Varsovia para firmar un acuerdo de seguridad con el primer ministro Donald Tusk, pidió una respuesta más contundente de sus aliados ante este nuevo golpe a la población ucraniana.

La ONU y la Unión Europea condenaron enérgicamente los ataques, calificándolos de inconcebibles y despiadados. Francia también se unió a la condena, tachando el bombardeo del hospital infantil como una barbarie.

El hospital pediátrico de Kiev sufrió daños severos por un misil de crucero ruso. Sin embargo, Rusia afirmó, sin pruebas, que los daños fueron causados por un misil de defensa antiaérea ucraniano. Moscú aseguró que sus ataques estaban dirigidos únicamente a objetivos militares e industriales.

Entre los testimonios desgarradores, Natalia Svidler, madre de un niño de dos años, relató cómo las sirenas antiaéreas los obligaron a refugiarse en el sótano del hospital, donde el techo colapsó parcialmente tras una explosión. Otra madre, Marina Ploskonos, contó cómo su hijo de cuatro años, recién operado, quedó aterrorizado.

El hospital quedó parcialmente destruido, con ventanas y puertas rotas, muros ennegrecidos y manchas de sangre en el suelo. Personal médico y vecinos ayudaban en la búsqueda de víctimas bajo los escombros.

El ataque también afectó varios edificios residenciales y un bloque de oficinas en Kiev, dejando 20 muertos y 38 heridos. La compañía de energía DTEK informó que tres subestaciones eléctricas fueron destruidas o dañadas.

Zelensky hizo un llamado a la comunidad internacional para que responda con fuerza a estos ataques, mientras las fuerzas rusas continuaban bombardeando otras ciudades ucranianas, incluyendo Dnipro, Kryvyi Rig y Solviansk. En Kryvyi Rig, los ataques dejaron al menos 10 muertos y 41 heridos, y en Dnipro, una persona murió y seis resultaron heridas.

El presidente ucraniano reiteró la necesidad de más sistemas de defensa antiaérea para proteger al país de los bombardeos rusos. «Rusia debe rendir cuentas de todos sus crímenes», afirmó Zelensky en un mensaje a través de las redes sociales.