Claudia Sheinbaum, candidata de Morena, ha sido elegida como la primera presidenta de México, tras vencer a sus rivales Xóchitl Gálvez Ruíz y Álvarez Máynez. Sheinbaum asumirá el cargo el 1 de octubre, sucediendo a Andrés Manuel López Obrador (AMLO). El Instituto Nacional Electoral (INE) anunció que Sheinbaum obtuvo más del 57% de los votos, lo que llevó a su principal contrincante a conceder la derrota.

Sheinbaum consolida un proyecto de poder de izquierda iniciado por AMLO en 2018. La alianza «Sigamos haciendo historia» -compuesta por Morena, el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista de México- no solo ganó la presidencia, sino que también reforzó su mayoría en el Senado y la Cámara de Diputados, facilitando la futura agenda de Estado de Sheinbaum.
El mandato popular incluye enfrentar a los cárteles del narcotráfico, ajustar el déficit fiscal, promover nuevas inversiones y mejorar las relaciones con Estados Unidos para resolver la crisis migratoria. Durante la campaña, la violencia criminal se incrementó, con 38 candidatos asesinados y numerosos incidentes violentos contra políticos. Sheinbaum tiene como prioridad enfrentar el crimen organizado, una tarea difícil debido a la corrupción y control territorial de las bandas delictivas.

La crisis migratoria también es un desafío significativo. Sheinbaum rechaza las tácticas de control migratorio de Joe Biden, abogando por un mecanismo de identificación y asistencia social para los migrantes, y una cooperación regional en lugar del cierre de fronteras.
En cuanto a las relaciones con Estados Unidos, Sheinbaum busca una nueva estrategia diplomática basada en el Nearshoring, atrayendo inversiones extranjeras sin importar su origen, para fomentar el desarrollo local. La presidenta electa tiene una clara agenda de gobierno, pero enfrenta el desafío de definir su independencia frente a la omnipresencia de AMLO en la política mexicana.





Deja un comentario