El bombardeo israelí que el domingo mató a 45 personas en un campo de desplazados en Rafah, al sur de Gaza, ha desatado una ola de condenas internacionales. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó el incidente como un «accidente trágico» y anunció una investigación al respecto. Este lunes, otros dos trabajadores sanitarios del hospital Kuwait, el único que presta servicios en el centro de Rafah, perdieron la vida en un ataque aéreo israelí.
El ministerio de Salud de la Franja de Gaza informó que el ataque del domingo dejó 45 muertos y 249 heridos. Según el Ejército israelí, el objetivo del bombardeo eran milicianos de Hamas, logrando abatir a dos altos cargos del grupo islamista. La ONU ha solicitado a Israel una investigación «exhaustiva y transparente» sobre el incidente, mientras que Estados Unidos urgió al país a «tomar todas las precauciones para proteger a los civiles».
Los ministros de Exteriores de la Unión Europea acordaron solicitar una reunión del Consejo de Asociación UE-Israel para abordar el respeto a los derechos humanos en el marco de las relaciones bilaterales. Josep Borrell, alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Seguridad, indicó que no se puede permitir la «asfixia de la Autoridad Palestina por una acción indiscriminada del gobierno de Netanyahu».

El bombardeo en Rafah se produjo horas después de que Hamas lanzara cohetes contra Tel Aviv y otras zonas del centro de Israel. La agencia de protección civil de Gaza informó que el bombardeo provocó un incendio que arrasó un campo de desplazados en el noroeste de Rafah. Mohamed al Mughayyir, empleado de la agencia, describió la escena como devastadora, con cuerpos carbonizados y numerosos heridos.
En una sesión en la Knesset, Netanyahu afirmó que se estaba investigando el caso y lamentó el daño a civiles no involucrados, calificándolo de tragedia. A pesar de la investigación en curso, los ataques israelíes continuaron este lunes, resultando en la muerte de dos trabajadores sanitarios del hospital Kuwait. Las víctimas, Rashid Muhammad Saeed Barhoum y Musab Sami Dakhlallah Al Arja, fueron atacadas mientras estaban de servicio, según denunció el director del hospital, Suhaib Al Hams.
Las autoridades locales confirmaron la evacuación de los últimos 25 trabajadores del hospital tras el ataque. Al Hams criticó los ataques repetidos a las instalaciones sanitarias y denunció la falta de suministro de combustible esencial para su funcionamiento.
En otro incidente relacionado, el Ejército egipcio anunció una investigación tras la muerte de un guardia fronterizo en un tiroteo en la frontera con Rafah. Egipto, que ha buscado equilibrar su solidaridad con los palestinos y su relación con Israel, sigue siendo un mediador clave en el conflicto.
Este trágico episodio subraya la urgente necesidad de proteger a los civiles en medio de la intensificación de las hostilidades en Gaza, una situación que ha provocado una condena internacional generalizada y pedidos de investigaciones exhaustivas.






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