En un gesto cargado de simbolismo y poder político, el presidente chino Xi Jinping y su homólogo ruso Vladimir Putin reafirmaron su alianza estratégica y militar con un inusual abrazo en Harbin, China. Este abrazo, un acto raro y deliberado, marcó el cierre de una serie de encuentros que subrayan el creciente vínculo entre ambos líderes en un contexto de creciente tensión global.
La visita de Putin a Harbin, una ciudad con un pasado ruso, incluyó una parada en el Instituto de Tecnología de Harbin, conocido por sus avanzadas investigaciones en defensa. Este acto destacó cómo las relaciones económicas y militares entre China y Rusia se han fortalecido, especialmente bajo la presión de Occidente debido a la invasión rusa a Ucrania y las crecientes tensiones en Taiwán.
El abrazo de Xi a Putin no solo simbolizó la cercanía personal entre los líderes, sino también un mensaje desafiante a Estados Unidos y sus aliados. «La muy deliberada aceptación de Putin ante las cámaras por parte de Xi no fue sólo para enfatizar la cercanía de la relación política entre los dos países y sus líderes», comentó Richard McGregor, investigador principal para Asia Oriental en el Lowy Institute de Sydney. «También hubo un toque de desdén hacia Washington».

Durante la visita, ambos líderes firmaron una declaración conjunta que atacó a Estados Unidos, acusándolo de intentar reprimir a sus países. Prometieron una cooperación más estrecha en sectores clave como la energía, el espacio y el ejército, consolidando así su frente común contra la influencia occidental.
El Instituto de Tecnología de Harbin, que Putin visitó, es conocido por su investigación en cohetes, misiles y tecnología espacial, áreas de gran interés para Rusia en medio de su guerra en Ucrania. El instituto también ha capacitado a científicos norcoreanos, resaltando la profundidad de sus vínculos con otros actores internacionales desafiantes para Occidente.
A pesar de que China ha prometido no suministrar armas letales a Rusia, ha sido un proveedor clave de componentes que tienen usos tanto civiles como militares. Esta visita simboliza una señal clara de que Beijing está dispuesto a apoyar tecnológicamente a Rusia en su conflicto con Ucrania.
Además de los lazos militares, el comercio entre China y Rusia ha florecido. En 2023, el comercio bidireccional alcanzó un récord de 240 mil millones de dólares, impulsado por la compra de petróleo ruso por parte de China y el reemplazo de marcas de consumo extranjeras por empresas chinas en el mercado ruso. Putin destacó que más del 90% de las transacciones comerciales entre ambos países ahora se realizan en rublos o renminbi, minimizando así la influencia del dólar y las posibles sanciones occidentales.
La visita de Putin a Harbin y el abrazo de Xi no solo consolidan una alianza estratégica vital para ambos países, sino que también envían un mensaje claro de su disposición a desafiar el orden internacional liderado por Occidente.






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