Este jueves, Argentina se enfrentará a un paro general en múltiples sectores, impulsado por la CGT y las dos CTA, con el respaldo de diversas organizaciones sociales, en rechazo a la Ley Bases y la reforma laboral propuesta por el gobierno de Javier Milei. La movilización promete ser más significativa que la huelga parcial de enero, con la adhesión de todos los sectores económicos.

Los gremios de transporte confirmaron su participación, lo que incluye la suspensión de servicios de colectivos, trenes, subtes y actividades aeroportuarias desde las 0 horas hasta la medianoche del jueves. La Unión Tranviarios Automotor (UTA) ha pedido a las autoridades reconsiderar las medidas que, según ellos, afectan mayormente al pueblo.

El sector bancario también cerrará sus puertas, sumándose a la protesta en contra de las políticas económicas del gobierno, que según la Asociación Bancaria, benefician a grandes empresarios y perjudican a los trabajadores y jubilados. La reforma laboral, el regreso del impuesto a las ganancias, y otras medidas son puntos centrales de su oposición.

Asimismo, se espera que grandes cadenas de supermercados y centros comerciales no operen. Armando Cavalieri, de la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios, destacó que el paro es en defensa del empleo y la industria nacional.

Los servicios de salud pública y privada operarán solo emergencias, y el sector educativo verá una paralización total en escuelas públicas. ATE y UPCN, que nuclean a los trabajadores estatales, confirmaron su adhesión.

La jornada también incluirá cortes de calle y rutas organizados por la UTEP y el Frente de Lucha Piquetero, quienes protestan contra la desatención a las necesidades de la economía popular y los comedores comunitarios.

Este paro general refleja un descontento amplio con las actuales políticas gubernamentales, afectando prácticamente todas las áreas de actividad en el país.