Los ataques de Rusia contra ciudades y pueblos en el este de Ucrania continúan en un intento por debilitar la infraestructura del país y sembrar el caos en la región. Recientes bombardeos han impactado áreas residenciales, afectando gravemente lugares como Sloviansk, Dnipró y Jersón, que han sido blanco de ataques aéreos y de artillería.
La ciudad de Jersón, recientemente reconquistada por Ucrania a finales de 2022, fue alcanzada por una lluvia de fuego de artillería, agravando la situación en la zona. En medio de estos ataques cada vez más frecuentes, Ucrania ha estado implorando a Occidente que refuerce sus debilitadas defensas aéreas para contrarrestar la agresión rusa.
En respuesta a estas peticiones desesperadas, durante una conferencia de seguridad de los aliados del Mar Negro en Bulgaria, Kiev recibió nuevas promesas de apoyo. El ministro de Defensa interino de Bulgaria, Atanas Zapryanov, declaró: «Apoyaremos a Ucrania todo el tiempo que sea necesario para ganar esta guerra. Les aseguro que el apoyo a Ucrania seguirá siendo el foco de nuestra política de defensa durante el mandato del actual Gobierno interino».
Sin embargo, las promesas de apoyo no aliviarán el sufrimiento de Ucrania hasta que llegue la tan necesaria ayuda militar de Occidente, que ha estado demorada. La capacidad de Ucrania para reforzar sus defensas es crucial en este momento de crisis, ya que el país lucha por proteger su territorio y su población de los ataques rusos.
El mundo observa con preocupación la escalada de violencia en el este de Ucrania, con la esperanza de que se encuentre una solución diplomática que ponga fin a este conflicto devastador.






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