El conflicto entre Ucrania y Rusia escaló nuevamente cuando drones ucranianos bombardearon instalaciones industriales en la provincia de Tartarstán, Rusia, en lo que se considera el ataque más profundo de Ucrania dentro del territorio ruso desde el inicio de la guerra hace más de dos años.
El complejo petroquímico de Taneko en Nizhnekamsk, donde se encuentran grandes refinerías y depósitos de combustibles, fue el blanco de los ataques, resultando en siete personas heridas, según informaron autoridades regionales rusas. Aunque el albergue para estudiantes y trabajadores sufrió daños, la producción industrial no se vio afectada gracias a las defensas aéreas que frustraron un intento de ataque a una refinería cercana.
El polo industrial de Tartarstán, visitado en múltiples ocasiones por autoridades rusas, ha sido un centro de fabricación de armamentos militares utilizados en Ucrania, donde la guerra ha alcanzado un punto de estancamiento en el frente. Ucrania ha intensificado sus operaciones en territorio ruso, incluyendo ataques con drones de largo alcance, como parte de sus esfuerzos por compensar su desventaja en armas y tropas.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, ha expresado la capacidad de su país para desarrollar armas de largo alcance, destacando la importancia de los drones en el conflicto. Ucrania ha capacitado a más de 10.000 nuevos pilotos de drones y ha desarrollado mortíferos drones marinos que han atacado barcos de la armada rusa en el Mar Negro.
La fuerza aérea ucraniana anunció que interceptó la mayoría de los drones Shahed lanzados por Rusia durante el último ataque a la red eléctrica del país. Mientras tanto, el conflicto entre ambas naciones continúa en una escalada que preocupa a la comunidad internacional, sin una solución clara a la vista.






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